jueves, 28 de julio de 2011

ALGUIEN ME PIDIO UNA BREVE DESCRIPCION DE PARIA


Sucre tiene los brazos abiertos y Carúpano es la acogida al regazo derecho, al verde, al azul voluble, a la diversidad. Nada más fácil de constatar que entrar  a la tierra de gracia por el mercado carupanero, con sus vendedoras de pescado que fuman pa dentro, engalanadísimas ellas con rojas cachupinas  o una ramita de ruda de arete. De solo mirarlas dan ganas de comprarles todos los pescados, las sardinitas en primorosas capas, los corocoros tan gustosos, carites, tajalíes, malachos, bonitas blancas y rojas, el jurel de la temporada.
En el pasillo de las frutas puede haber mangos, pomalacas, jobos, jobitos, ciruelitas amarillas, cerecitas, la roja o la extranjera, mararave, perinola, piñas, mandarinas, catuches, marinotes, pomalacas, pomarrosas, nísperos, mamones, guamas, pan del año, castañas, mapuey, quimbombó, lairén, todo dependerá de la temporada. Sarrapia, cacao en bola, culebras morronas para la artritis, escobita de monte, tabaco en rama, arepa pelada, raspada, sancochos, dulces serruchos y cocorrones. Y junto a cada producto alguien que hará lo imposible por convencerle que no hay nada  mejor. Es difícil resistirse.
En la Península de Paria hay dos parques nacionales, uno con montañas y bosques tropicales y otro de islas y caños. Haymanglares, sabanas anegadas, mar, aguas termales, ríos, y cascadas. Cacao y pescado. Ocumo chino y auyamas. Colibríes y tortugas. Mejillones y culebras. Gente y gente. De rasgos aindiados, de tumusa y piel acarbonada, de ojos gatos y greñas relucientes. Mas bajitos que altos, mas gorditos que flacos pero todos picarones, malhablados, verbo rápido de grandes pasiones: el juego de truco y la Virgen del Valle.
Si la música dice tanto de quien la entona, es tierra de comilonas pues de cada tres canciones dos hablan de un sancocho, de un fruto, de un pescado. Y pocos lugares para comer mejor que Guiria, con sus platos nombrados en patuá.. sefolett (huevos a la leche), coguyón, puangol, paté cocó y paté banan, bofló, gatomí, gatotán, yinyavié.
Dice la historia que Paria siempre fue una especie de punto y aparte en el Oriente venezolano. Que su conquista fue a perro y machete, que Colón la llamó Tierra de Gracia y que Antonio de Cedeño abandonó con desdoro  lo que nombró Golfo Triste, hoy Golfo de Paria.

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