miércoles, 14 de agosto de 2013

NADIE ES PROFETA

Acabo de llegar de Caracas y ya estoy regresando. Ni modo ese lugar común de que nadie es profeta en su tierra, pero ni ahondar en el tema. Carretera y punto. Felíz de un hermoso encuentro con las Cocinas y Ritualidades que organizó la Fundación Bigott el pasado fin de semana en el Mercado de Chacao, que se ha convertido en un espacio de cocineros y regionalidad.
Comentaba con algunos de mis compañeros, el profesor Rafael Cartay, Daría Hernández, Leonor Peña, Ocarina Castillo, esto de poder hablar de cocina, productores, iniciativas, en el contexto diario, de tradición, ritos y costumbres, cotidianidad y fiesta, es decir, lo que es realmente cocinar y comer dentro del àmbito de un país que poco conocemos y entenderlo, compartirlo, desde la visión de antropólogos, sociólogos, cocineros, hacedores. Fascinada de escuchar sobre las turas, los rituales guajiros, kariñas, sentir la fiesta carnavalesca de El Callao desde la voz de Carlos London, y de las brujas del jour ouvert del Carnaval de Guiria gracias a la generosa participación que José Terius nos permitió al contactarnos cn Cleris de Pérez y su rico mabí o maví.
Deliciosos los cuentos de Cartay, delicioso el picadillo barinés de Antonio Gámez y su rico humor. Las sopas.... el cruzao de costilla y gallina de Nelson Colina e Ivette Franchi que además nos regalaron mandocas y arepitas, nuestras domplinas y calalú aderezados de ron carupanero, el mute de chivo de Juan Alonso Molina, la sopa de frijoles y pescao salado de Luisa Oliveros; las catas de ron Carúpano y Chocolate Franceschi, los golfeados de Petare y los de Juan Carlos Bruzual de IEPAN, además de la alegría del cocuy larense con semeruco y los músicos fantásticos que siempren nos alegran.... Lara y la costa retumbando en el Mercado de Chacao. Cecilia y su dulcería, las historia picantes de Montemayor y tantos otros que no nombro.
Galanga afanada entre tantos artesanos del sabor venezolano. Joanna Vegas que me cantó su salero, Elvira Fernández con su sonrisa de miel. No puedo mas que agradecer este país que me permite seguir soñando otro país màs armónico y mas que enredado...en red.
Me encantó el compromiso de Ileana Matos, Vanessa Rolfini, Rosana Di Turi, Angel Enrique Zambrano, de comunicar lo que somos. Peco por omisión, pero descubrí maravillada la calidez y locura tachirense de Leonor, los afectos retincentes de Daría, los amigos que nos visitan, las empresas que son consecuentes con su compromiso social.

jueves, 1 de agosto de 2013

CARACOLES PARA ELISA MERCEDES


Elisa Mercedes tiene un blog que se llama Lovely recipes. No la conozco aún pero me pidió por esa vía que publicara unas recetas para prepararse unos caracolitos que traje desde Paria y que ella compró en Galanga, en el mercado de Chacao
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El caracol de la foto se llama Cachimbo, pero antes, era muy conocido el botuto, también sobrenombre de nuestro capitán favorito, Clemente Aliendres, el único con el que nos gusta viajar por las costas parianas, como lo haremos una vez más este agosto.
La extracción indiscriminada lo tiene en riesgo, al caracol, no al capitán, y poco se ve ya por las costas parianas. Encontré un enlace que me gustó y aquí lo pego para los curiosos como yo.
http://lacienaga.sortilegiodelcaribe.com/especies-marinas/botuto-guarura-caracol-reina-caracol-rosado/
El cuento es que en Sucre la gente ama todo bicho de mar. Cuando se viaja entre Cumaná y Cariaco se pasa por un pueblito precioso que se llama San Antonio del Golfo. En dirección Este vienen luego Espín y la Peña y es esa franjita donde uno se tiene que parar.
En este enlace a mi pag. en FB están las fotos y nombres de algunos de esos caracoles que ahí venden:
https://www.facebook.com/TamaraSaboresdeParia/media_set?set=a.10151275807334392.566008.636834391&type=3
La manera más común de comerlos es hervidos y luego cortados en trocitos, solos o mezclando distintos tipos (quiguas, arrechones, chaguacures, vaquitas, tornillos, chiriguas etc etc) con cebollita, ají dulce, ajo, vinagre y hasta salsa de soya, es decir, un vuelve a la vida. Yo los prefiero con limón y punto.
En casi todas las carreteras de Paria los venden cocidos y envasados en agua y vinagre.
Cuando los compró así los escurro, los pongo en agua con hielo un buen rato, y luego los utilizo de varias maneras. En una salsa para pastas, con mucho tomate; si son caracoles pequeños, a la crema con ajo, vino y perejil. Si tengo platica compro arroz arbóreo y me fajo con un risoto. O los corto en trozos y los hago tipo ceviche pero casi siempre con alguna fruta que en orden de preferencia son los lichis o pomarrosas, la parchita o la naranja.
Guisados a la criolla, con cebolla, ajo y mucho ají dulce, son el relleno perfecto para una empanada oriental, con su masa dulzona y crujiente. Me los veo perfectos cortados pequeñitos y envueltos en una masa hojaldrada o como ingredientes de una paella de lujo.
Mucha gente tiende a cortarlos en láminas y mi vendedor estrella de caracoles me dice que mejor cortarlos a lo largo y luego en trozos. Así se destribuye mejor el sabor... y una cierta chiclocidad. Buen apetito!