lunes, 29 de diciembre de 2008

TREINTA AÑOS


Rodrigo y yo cumplimos hoy treinta años. Conozco pocas personas con el espíritu y la apertura que tiene para comer de todo, estar tan dispuesto a cocinar, ser tan generoso con los panas, tan solidario con su familia. Nunca lo imaginé haciendo caramelos con esas manos mas dispuestas a impulsarse para trepar a una roca que para hacer unos dulcitos artesanales primorosos.
Rodri es un enamorado de la cocina asiática, en especial la tailandesa, y en entenderse con cuanto bicho raro exista en la naturaleza. Entre sus mascotas hay una parejita de unas como-lagartijas grandes con la lengua azul. Gabriela, su compañera, trabaja con ratas y él la ayuda felíz. Parece que por ahora solo seré abuela de cuanto bicho de uña se les ocurra adoptar.
Es sano de alma y cuerpo aún cuando ame los "mugrositos", esa manera tan venezolana de comerse un perro caliente que incluye, en lugares como donde vivo, ponerles salsa de pepitona o de camarón.
Rodrigo nació goloso, viajero, sembrador de verdes. Es mi hijo mayor favorito y ahora es un mahut.

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