viernes, 14 de marzo de 2014

COMO ESPERANDO ABRIL

El Silvio Rodríguez de mis 18 años ya no es tal. O quizá él sí pero yo no. 
Y ahora que copio la letra de Como esperando abril me doy cuenta que esta canción ya no me produce la misma emoción. Me ha sucedido esto con libros, películas, platos, personas, pero que me acuerde, nunca con un paisaje.
Igual copio la letra y mientras lo hago me veo sentada en el piso con mi amiga Miriam Itala, rayándola  a grito pelado mientras redactábamos informes interminables cuando estudiamos biología en la Central. Ya Miriam no está, la UCV es otra, y de la biología me queda, supongo, la formación científica.

Mucho mas, allá de mi ventana,
Las nubes de la mañana son una flor
Que le ha nacido a un tren.
Un reloj, se transforma en cangrejo,
Y la capa de un viejo da, con una
Tempestad de comején.

Mucho mas, allá de mi ventana
Algodones jugaban a ser un jardin,
En espera de abril.

Luego entro los ojos,
Chorreando esa luz de infinito,
Y es cuando necesito
Un perro, un bastón, una mano, una fe.
Y tu pasas tocando
El frio con suave silencio
Y, ciego, te sentencio
A que nombres tod
o lo que ahora no se.

Mucho mas, allá de mi ventana
Las nubes de la mañana son, una flor
Que le ha nacido a un tren.
Un reloj, se transforma en cangrejo,
Y la capa de un viejo da, con una
Tempestad de comején


Mucho mas, allá de mi ventana
Algodones jugaban a ser un jardín,
En espera de abril.
Mucho mas, allá de mi ventana
Mi esperanza jugaba a, una flor,
A un jardín, como esperando abril...



De abril me gusta mi cumpleaños, el 19, Tamara Independencia. Me gustan los araguaneyes florecidos y los días de playa en la Semana Santa de mi niñez, cuando cambiaba de piel. Me gustó también ir a la iglesia a que me hicieran una crucecita de ceniza en la frente y me dieran la palma con la que hacía otra cruz para pegarla con una chincheta en la puerta de mi cuarto. De abril me gusta el nombre y su calor con viento.



Un abril me casé por primera vez.

Este abril de 2014 me agarrará despalomá, incierta, tremendamente ansiosa, furiosa, como asfixiada, con necesidad de bastón, de perro, de mano, y sobre todo de fe.
Fe para agarrar al país con la misma confianza que pongo en mis ollas, en los ingredientes que escojo con cuidado, en la combinación y cantidad exacta de cada uno de ellos para lograr el sabor deseado, en los tiempos de cocción, en el cariño que será lo que muchos llaman, el ingrediente secreto que no es tal.
Con esa fe quiero volver a recorrer las carreteras, reencontrame con amigos y desconocidos para transmitirles mis ganas de calidad y compromiso, la certeza de que la vida la vamos haciendo de a poquito cada día, con empeño, sin rabia, con humildad, respeto por lo ajeno, por las diferencias, por los valores universalmente convenidos.

 


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