jueves, 19 de abril de 2012

DILEMAS


María Carolina y Nacho, padres de Andrea, una venezolana amiga de mis hijos en Perth, contaban en una parrillita que compartimos el domingo, cómo su único nieto descubrió el significado de la palabra dilema. Mis 56 años que cumplo hoy no son un dilema, pero salir de Australia mañana sin saber cuándo volveré a ver a la familia me pone en el dilema de querer estar aquí y allá. Porque estos viajes esporádicos, estos encuentros que proponen por partes iguales mi empeño y mi suerte, no tienen la consistencia que quisiera en mi hacer de abuela de Arianna Candelita y Diego Andrés.
No es un dilema para nada poner en el mismo plato de postre un tiramisú con cafecito venezolano que hicimos ayer, y un majarete cocinado con harina de maíz surafricana, y saborearlo con un sauvignon blanc neozelandés.
Le echo coco a la cosa y me doy cuenta que mis dilemas no suelen ser morales, ni políticos, y que culinariamente se me plantean mas dudas que dilemas... pero en el tema de los afectos zuasss... caigo en los dilemas, sobre todo con mis hijos queridísimos.
Ya quiero que el día termine, montarme en el avión e irme de una vez por todas a mi cocina en Yakarta. Y quiero también regresar el tiempo y que sea 6 de marzo y estar aún el avión que me trajo de Bali a Perth. Me quedaron mil cosas por hacer. Recojo las facturas para la rendición de cuentas a Cadivi y me da risa ver cómo hicimos un viaje culinario por el mundo con los productos que compramos y  que luego cocinamos. Saboreo de nuevo cada copa de vino, las uvas, las castañas, los kiwis y la variedad de peras y manzanas. Me huele todo a niños y a cordero, a eucalipto y a río.
Pienso en que ahora que me voy es cuando estoy logrando que Diego se duerma conmigo. Recuerdo las arepas de esta mañana, hechas con una harina de maíz de EE.UU. muy muy suave ella y con la que a Gabriela le quedaron estupendas unas tortillas. A Arianna las arepas le gustan crudas.
Evoco las pizzas que Ro trajo a casa cada sábado al terminar su semana de trabajo, las huellas del horno de leña en sus brazos. Siento el calor de Ari en mi cama, a la que se ha trepado en los últimos días para despertarme y repetirme la primera palabra que le enseñè...àrbol.
Dejaré de ver la Cruz del Sur por las noches y de oir los cuervos y los ravens todo el día, con su lloriqueo de niños malcriados. No mas excursiones a la tienda de Kakulas sisters a oler todas las especias del mundo y casi morir de gusto ante el dilema del día...cuáles quesos compraremos hoy. Me diò la bienvenida el río, me despidió el río.

2 comentarios:

eliasanchezo dijo...

Dejare de dilemas.... y de cocos culinarios!!!! QUEREMOS PROBAR TOOOOOODO ESO....

Jesús Méndez dijo...

el ciclo empezo en paria... te despidio rio caribe, te recibio un rio te despide el rio y ahora te esperamos en rio caribe...... cosas de rios y sabores......