lunes, 18 de enero de 2016

GALLO TOCOCO PARA ABRIR EL AÑO

Casi recién llegados a Río Caribe, Juan y yo compramos un gallo tococo en la carnicería de El Colorao, a la salida del pueblo. Ya ese negocio no existe, pero nuestra fascinación por el tococo permanece. Juan recuerda siempre el sabor de ese primer gallo que guisé y yo, que detesto las peleas de gallo y el olor a pluma mojada, me siento bendecida cuando un tococo se apodera de mi cocina.
Habíamos cerrado el año comprando una barbaridad de gallos para preparar una olleta cumanesa, tantos que quedaron aún para sazonar nuestras navidades con olleta caraqueña, que confieso me gusta muuucho más, y arrancamos el año con un gallito que nos quedó y que entre Luisa Oliveros y yo decidimos guisar para preparar una chalupa a nuestra manera, tan así, que prefiero llamarla pastel de maíz tierno relleno con tococo.
Para preparar la masa, Luisa desgranó una docena de mazorcas de maíz tierno y las molió en una maquinita manual. Luego le agregamos a la mezcla un poco del consomé que quedó al cocinar el gallo, sal, papelón hasta que tomó el dulzor suficiente y un par de cucharadas de mantequilla.
El gallo despresado se cocinó a fuego lento, lentísimo, con una hojita de laurel y unos granos de pimienta dulce, dos clavitos de olor y media rajita de canela. Busqué desesperada una estrellita de anís porque me provocaba horrores ponersela pero nanay nanay, no conseguí.
Una vez suave, picamos la carne del gallo en trozos, no desmechamos, nonono, y la guisamos con dos cebollas picadas en cuadritos, dos ramas de cebollín de echalot que nos quedaba, tres ajicitos dulces, aceite onotado, pasitas y aceitunas rellenas de pimentón cortadas en rodajitas. En la nevera quedaba un frasquito de jugo de tomate, y a la olla fue, al igual que un chorrito de un vino trasnochao.
Como esa mañana había llamado a Don Armando Scanonne para desearle felíz año, le pusimos un chorrito de salsa inglesa y una cucharadita de mostaza.
Pimienta de guinea porque negra no hay y sal.
En un pirex enmantequillado, colocamos una capa de la masa de maíz, luego una de guiso abundante  cerramos con maíz. Nada de queso y juro que falta no le hizo.
Cuando la servimos recordé a mi tía Luisaemilia que la hacía estupenda, me dieron ganas de visitar a mi amiga Maru en Guadalajara y decidí que los tococos seguirán en mi cocina.
Esta foto es de las navidades pasadas, la tomó Topocho Morocho, quien este año nos volvió a visitar. Ahí estamos Juan yo, él con barbita y con el pelo mas corto, yo todavía sin barba pero con el pelo mas largo, con las mismas ganas de seguir trabajando juntos los maravillosos sabores de este país.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Tamara me encantó! y me recuerda muchísimo a la polenta con pollo que hacia mi tia Berta!!

Mientras describías lo que le habías colocado me iba imaginando los sabores y aromas, fue fantástico! me llevó a esos sabores y recuerdos de mi niñez.

Gracias

Un abrazo

Adriana

Tamara en su cocina portatil dijo...

Abrazos Adriana, es un regalo llevarte a la infancia

Unknown dijo...

Hermoso relato Tamara. Lo que más me alegra es coincidir en nuestra manera de sentir y percibir una receta (no receta que surge sin efuerzo)
Amo con toda mi alma corazón,el Oriente de nuestra Venezuela, Río Caribe es para mi un santuario donde hace más de treinta años descubrí aroma,picardía, sabor y un gran paisaje llamado "Playa Medina" . Gracias por trasladarme a un momento tan importante de mi vida.
Un abrazo .