jueves, 17 de octubre de 2013

Y Australia, en la ciudad mas aislada

Hace unos dias llegue a Perth, la ciudad mas aislada de Australia. Preciosa con sus dos rios y el mar, con la gente a pata pela, libre en su manera de vestir de lucir, ley de por medio, la palabra que vale, mi familia.
Pasaron varios dias desde que escribi estas primeras lineas y ya me voy. Corazon contento, corazón triste por lo que dejo. Admiradisima de mis hijos y su impulso de vida, contenta con sus planes de vida. Feliz del tiempo compartido con mis nietos. Entiendo, creo, perfectamente, su opción de vida distinta que me permitió llevar a los ninos a la biblioteca, al rio, a las clases de música, a criar gallinas , perro, gato, lagartija,  a casa de puertas abiertas. Y yo a 17.ooo kms y 5000 dolares de distancia.
Me reencontre con el compromiso de sus amigos, del puesto de arepas y cachapas en el mercado de Fremantle, con Michael, Azdrubal, Karina, Aquiles, Andrea, Kati, Daniel, Toti, el signo de pais lejano y cercano, la identidad, las busquedas, los encuentros en el sabor.
Un pais de reglas y palabra, insisto. Un desencuentro donde me encuentro con el pais que somos.
No hay manera para dejar en palabras lo que consegui y lo que dejo. A lo que quiero regresar. Me voy cada vez mas llena de lo que hemos sido y de lo que lucho por que sigamos siendo.

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