domingo, 8 de enero de 2012

DESPUES CARACAS

La Navidad me regaló varios libros de Doris Lessing, a  una sueca extraordinaria llamada Asa Larsson que me dejó sin aliento con su libro Aurora Boreal, un viaje al medio oriente de la mano del bicireportero y amigo Raphael Krafft, el Estambul de Orhan Pamuk, la Venezuela de Simón Alberto Consalvi y el libro amarillo de don Armando Scannone.
Me regaló también el fin de año la peor cena que he cocinado en mi vida y el agradecimiento a las burbujas de un cava español que me permitieron olvidarla. Me regaló una especie de anestesia que me tiene aquì sentada en un domingo blanco con Soui a mis pies, celebradìsima porque ayer nos advirtiò del ladròn que entrò en casa, anestesiada decìa, sin querer formularme propòsitos aùn para el nuevo año.
Me gustaría, si, hacer un curso de panadería y otro de chocolatería, terminar mi eterno libro, viajar a otros países y por Venezuela, ser una voz activa que proteste, que exija, que reconforte, que acompañe, que se indigne y que pelee por las cosas que cree.
Me gustaría también sembrar, cosechar y procesar algùn alimento, tener un cachorro nuevo, estar en Perth cuando nazca mi nuevo nieto o nieta y regresar a cocinar a Indonesia.
Me gustaría que mas personas en el mundo pudièramos comer. Mejor si comemos mejor... pero que al menos haya comida para compartir y agua potable para beber. Como siempre, me gustarìan demasiadas cosas y por eso no me atrevo a listarlas.
Después Caracas es el título de un libro de José Balza que había comprado hace un año y que acabo de terminar. Caracas suele ser mi comienzo y mi fin, la ciudad en la que nacì, un tránsito, una perturbación. Me gustó el libro.





1 comentario:

elia dijo...

AAAAAAAAAAAAAAAAMI.... cuentame de la cena!!!!!!!1