jueves, 7 de mayo de 2009

RISOTADAS DE SABADO



No es fácil ir de Río Caribe a Caracas con frecuencia. Son unos 600 kms, muchos de hermosa carretera costanera; pero si sólo fuera eso, es organizar todo, apertrecharse, entonarse, reaprender, encontrar, prever.
Llego felíz a Caracas y a los pocos días se me atraviesa esta cosa de la calidad de vida y me siento felíz del lugar donde vivo, donde soy gente pese a las crecientes amenazas o premociones o augurios o temores. Les hago poco caso, es mi estrategia para despertar con ganas.
La comida es un punto importante de comunicación: desde cada lugar podemos establecer entendimientos, justicia, expresar la necesidad, contribuir. Rasar, descartar, votar, olvidar.
No se si crece la conciencia sobre los cambios que vienen. Pero están en el aire aunque no sepamos cómo hacer para aliviarlos; si siquiera queremos hacer eso.
Estas senasiones tienen un gusto, un color, una respuesta muy atada a la tierra y muy soñada. Son tiemposs de abandono premoritoria, otrra despedida; es aí.

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