viernes, 22 de marzo de 2013

MIL SABORES Y NO HUBO CURSO

Vine a Caracas a hacer un curso y zas...se quemó la cocina o algo así y lo suspendieron. Pero el recorrido de Mil Sabores, octavo cumple, ese sí se dió y fue y fuimos.
Me reconcilia maravillosamente con la vida, con el país, conmigo misma, ver el empeño empeñadísimo y empreñadísimo de ideas de tanta gente. En Franca, por ejemplo nos recibió Adriana Bertorelli y nos contó la filosofía de la empresa, que si el botellón de agua para reducir el consumo de botellitas, es decir, menos basura, que solo utilizan mantequilla en las preparaciones, que la gente se puede instalar con su laptop y nadie la va a presionar para que consuma y desocupe la silla, del entrenamiento del personal, del tema salud. Estupendo escuchar la alegría con la que se refirió a todos sus compromisos, el entusiasmo de saber que contribuye a que su pequeño mundo, el nuestro, sea mejor. De Los Naranjos fuimos a 4 Gatos a compartir la exposición de tucusitos de Tomás Fernández y escuchar su clase magistral sobre las especies de colibríes que abundan en Venezuela. Chapeau con TomásNoMas, que siempre anda a la búsqueda de algo más.
Creo que las 23 personas que eramos quedamos con las ganas de seguir escuchándolo y pasar la tarde ahí relajadísimos con los vinitos, el paté de Marcos, la vista desde ese punto de la ciudad.
Almorzamos muy rico en La Casa de Mita, con un cocinero joven, de esos que aman su trabajo, Pancho le voy a llamar aunque no sea así así su nombre, y gentiles anfitriones. El postre, un zaballón tibio de parchita, con helado me mató.
Luego fuimos donde las hermanitas Dahda a sumergirnos en la dulzura de sus macarrones y terminamos el día donde Daniella Castro y sus confits y jaleas de vino, todo un empeño de familia.
Me regalaron un jaboncito de vino de Buomarino que he usado toda la semana y ahora tengo unos nuevos amigos.
Que sigan cumpliendo años Milsabores y todos los recorridos que nos muestran a este país.
Cerré mi semana caraqueña con un almuerzo de chicas en Hajillo´s. Mi sobrina y mi hija no pudieron ser más dichosas. Todo, todo, todo estaba impecable y tuvimos la suerte de conseguirnos con la gente de Pomar haciendo unas armonías que llegaron hasta nuestros platos, y como dice Goyo, su mejor promotor, en Venezuela las burbujitas se llaman Pomar y entre el Nature mío y el Rosé de Felicia me quedo con los dos.
Tenemos nuestros chorizos en le menú de El Comedor del ICC, los chorizos y morcillas en los panes de Juan Carlos Bruzual, el panadero del IEPAN, en las tiendas de Fresh Fish, en la casa de Karen y en la pancita de todos los que compartimos anoche la fiesta de bodas de Daniela y Andrés. Salú pues.

Arroz con morcillas cuando solo hay una olla y un cuchillo

Ingredientes
Una cebolla grande
Tres dientes de ajo
una latita de calamares en su tinta
una latita de mejillones ahumados
tres morcillas
dos tazas de arroz
sal

Procedimiento
Se corta la cebolla en cuadritos, se machacan los ajos y se saltean en aceite de oliva. Se agrega el arroz y cuando empeice a sonar chis chis se incorporan los calamares, mejillones y morcillas. Se ajusta la sal y se añaden cuatro tazas de agua. Cuando el agua se empiece a consumir se tapa con una bolsa de plástico y un periódico pues tampoco había tapa. Queda perfecto.
Se celebra que al menos había una olla y un cuchillo y se acompaña con una ensaladita verde con vinagreta de ciruelitas en dulce de la Colonia Tovar.
Se toma mucho espumante.

viernes, 8 de marzo de 2013

SON 86, VIENTO Y PALOMETAS

Hoy le leí a mi madre, que cumple 86, una de las primeras cartas que le escribió mi padre. Tiene fecha 18 de marzo de 1952. Menos de un año después se casaron y vivieron juntos 42 años hasta que Don Jorge murió. Hace un ventarrón de palometas y por eso tenemos la casa con poca luz. Solo el TV detenido desde hace dos días en el mismo canal, desde que murió el presidente.
Trato de no abrir facebook pero es inútil, es como medio sado esto de leer opiniones, furias y tristezas, de llenarme de país, de leer lo que escriben mis hijos.