Los camarones al curry lucen una yuquita doblada, reflexiva y la parrillita riocaribera un chipcito que parece querer volar. Así es mi vida aquí.
El cielo de anoche no podía tener mas estrellas y Río Caribe se pobló de una nueva especie nocturna que ronronea como un gatotigre y no es animal, es planta pero no vegetal.
De mi trabajo temporal a mi casa, unas tres cuadras, conté media docena de ellas, dos rojas, una verde, una amarilla, una desteñida y una que sólo escuché.
Me dije, quiero una, pero el olor que despedían me hizo desistir. Gasoil, gasoil, gasoil.
Catorce horas sin electricidad, el sofá incómodo, los mosquitos canturreando y las perras desesperadas no sé por qué me despiertan somnolienta aún, los huesos desajustados y la nevera encendida otra vez aunque la leche se puso rancia y la lechocita también.
Cuando se va la energía eléctrica poco funciona y no logro imaginar mi vida en ningún siglo anterior a su existencia. Eléctrica e indignada me siento hoy. Ninguna explicación será válida tras meses de fallas reincidientes. Hoy cocinaré con leña para encontrarme con mi fuego interno y ver cómo resuelvo mis contradicciones y qué cosa nueva puedo hacer por mi país.
Las fotos las tomó Jean Lioré, estudiante del Hotel Escuela de Mérida.
Completamente de acuerdo, la dependencia que tenemos de la electricidad para nuestras actividades mas cotidianas. Tampoco es justificable que todavia estemos pasando por racionamiento o emergencia eléctrica, ya que "según" eso estaba resuelto. Saludos desde Carúpano.
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