martes, 26 de junio de 2012

TIEMPO DE SONRISAS

Ya venía yo sonreída de la Semana del Cacao Venezolano. Sonreida porque el concurso de oficiantes lo ganó Victor Millán, joven talentoso profesor del Instituto Gastronómico Cuisinart de Puerto Ordaz. Sonreida por haber estado en el taller de chocolate y bombones que dictaron Mónica Meschini y Luciano Pipolo. Sonreida por los aciertos y la dedicación de la gente de KKo Real, por haber regresado a la Amapola de Irina Pedroso, de Esperanza, Gustavo, Joaquín, Alejandro; por mi paso por Vinósfera con María Fernanda Di Giaccobe y su equipo, por cocinar en la Quinta Delta de Lala Contessi con Pocho Garcés, Sineth y Ana. Cada vez hay mas cocineros que admiro, mas gente de compromiso.
Así llegue en una tarde de sábado a Boca de Uchire y de ahí salí de compras un domingo sin gandolas.
9 a.m. Primera sonrisa, Javier Alvarez, ex surfista, vende empanadas en la carretera entre Boca de Uchire y El Hatillo. Hace tortas, golfeados, alquila casas con piscina, pero básicamente le hace a uno el día con su trato cordial. A mi me tocó empanadita de camarón. Rica aunque me quedo con las orientales, que tienen ese toque dulzón y la masa delgadita y crujiente.
En los Pilones de la Costa compré queso. El cafecito es gratis y las cachapas tiernas.





Segundas y luego la última sonrisa que fotografié. La segunda foto es de Edgar Salazar y Xavier Rojas, vendedores de camacutos, ahorita en estelar temporada. Venden el kilo a 120 Bs., en la entrada de Clarines, y la verdad es que vale la pena comprar los medianitos pues los grandes son pura testa, a menos que Ud. sea como yo y ame esas cabecitas jugosas y llenas de sabor y las chupe, las triture, las goce. Al final de esta entrega copio varias pags. web con excelente info sobre este bichito de río. En Caracas lo he visto en la cocina de Amapola y en el DOC de Jean Paul Coupal.
La tercera foto que me tocaba tomar, en los Altos de Sucre, no la tomé. Puro desorden mío, el maletero, los libros, tres semanas de vida desparramada en los asientos. Pero debía estar aquì Marìa Esther con  sus jabones Meg, de piel de cacao, de sábila, hierbas, olorosos, seductores. Dan ganas de comerselos. Me traje doce y me regaló manteca de cacao aromatizada con esencia de tea-tree, caléndula y lavanda.
En Santa Fé compré agua de coco, pomalacas, castañas y jobitos. Casi que salgo huyendo pues el Guardia Nacional se empeñaba en que le diera la cola a dos compañeros y yo quería seguir cantando a grito pelao y sin testigos toda la música que descubrí en el pendrive de mi hija Fernanda. Me sedujo la poesía brutal de Cancerbero, la agonía de Los Aldeanos, la furia de la Puello.
En San Antonio del Golfo me rendí ante unas huevas de cabaña y con Jofre Jimenez Licet, el de la franela azul y los caracoles en la mano, terminé una tarde de compras entre Espín y la Peña que llenó mi cavita de  pepitonas rojas y blancas, quiguas, chiriguas, arrechones, rompecolchón, vieiras, vaquitas y hasta un cachimbo. Por cien bolívares me ganaría el amor eterno de Juan Sará con unas huevas de lisa tiernas y saladas como las lágrimas. Me conseguí a Marilú de Irapa y le puse trabajo para los amigos panaderos. Me detuve en Carúpano a ver si al Eurocaribe había llegado ya mi nuevo vicio, el Canoabo de Chocolates San José.  Tardé añales en llegar a casa y valió la pena.
Copio los blogs con info de camacutos. Este primero es de Antonio Gámez, a quien pueden encontrar en los cafés Artesano de Plaza Bolívar y La Candelaria en Caracas. Los ponquecitos con chocolate que hace son deliciosos.

miércoles, agosto 02, 2006


Nuestras Cígalas venezolanas: El Camacuto


Mièrcoles, 02 de Agosto de 2006

Sí, estamos en plena temporada de Camacutos un crustáceo poco conocido en Venezuela, en la carretera a Oriente cerca del río Unare, por los lados de Clarines y Boca de Uchire lo venden a la manera de las panelitas de San Joaquín, con un balanceo juguetón, mostrando las bolsitas que contienen los camucutos sancochados a los carros que pasan. El nombre científico del “camacuto” es Atya Scabra, conocido también como acamaya, camarón de río o langostino de río.
En las islas del caribe es llamado también “Bochuro”, y en Tailandia es considerado una comida típica. La temporada para pescar camacutos comienza en junio y se extiende hasta septiembre, ya que durante el clima invernal es que estos animales salen de sus guaridas del fondo del río.
Es importante al cocinarlo tener en cuenta que no debe pasarse de cocción, su carne es dulce, suave, perfumada y blanquísima. Sí tiene la oportunidad deténgase y pruebe esta delicia.
 Para pescar camacutos jóvenes se utilizan como carnada trozos pequeños de coco y yuca. Cuando ya son adultos se covierten en carnívoros, por lo que se deben utilizar huesos de res para atraerlos.
Las tenazas de los camarones machos de esta especie son mucho más grandes y largas que la de las hembras.

Este otro lo tomé de la pag. de Thamara Pereira

Camacutos. Atya margaritacea

Nombre común: “Gambita filtradora”, “Langostino africano”; en inglés “Filter Shrimp”, “Vampire Shrimp”, camarón de río, langostino de río, en Venezuela se le conoce como: camacuto.
Se consigue en la carretera a Oriente en el pueblo de Clarines. Lo venden a la orilla de la carretera o congelado en la casa de un pescador en el propio pueblo (solo se puede llegar preguntando). 
Buscando información conseguí esto:
Familia:
Clasificación: • Orden: Decapoda.
• Familia: Atyidae.
Biotopo: ríos y lagunas, incluyendo zonas estuarinas, de allí que se encuenta en la laguna de Unare.
Distribución: África Occidental (especialmente Camerún y Gabón) y costa Atlántica de América del Sur. 
Nota: Todas las clases de Atya se ofrecen en el mercado sin diferenciar bajo el nombre de Atya gabonensis, pero bajo esta denominación pueden aparecer ejemplares de otras especies del género, como Atya africana (sólo se da en el oeste de Africa) o Atya scabra (presente en Africa occidental, nordeste de Sudamérica, y la costa Atlántica de Centroamérica). Sin embargo, existe una especie muy similar pero cuya distribución se da únicamente en aguas costeras de Venezuela, Atya margaritacea.
Atya margaritacea, o camacuto como se le conoce de forma común, está en veda durante el verano. Eso lo explican las temperaturas que toleran: entre 20ºC y 28ºC
Las hembras huevadas tienen prohibición de captura, al igual que los animales que no superen los 70 gramos de peso, los que deben ser devueltos al agua. 
El animal es abundante en el lecho del Río Unare en Clarines, según comentó Arturo Armas hace algunos años en una entrevista en la revista Todo en Domingo: "El camacuto,  requiere de aguas turbias y de mucha corriente que le garantice la cantidad de oxígeno que necesita para su desarrollo. Cuando el río está a media caja -a mitad de cauce- los animales se mantienen en el fondo del lecho, para protegerse de sus depredadores naturales, entre ellos los bagres y otros peces de río, e incluso, los caballitos del diablo, que capturan en la superficie del agua a las minúsculas larvas del crustáceo". Con la llegada de las lluvias aumenta la turbulencia del agua y comienza la temporada. Los pescadores reconocen sus nasas no sólo por donde las ubican, sino por el tipo de nudo que las ata a los árboles. Y como en todas partes, siempre hay quienes aprovechan el trabajo de otros y roban los animales.
La Guardia Nacional controla la pesca de camacutos.
Quienes se dedican a la actividad deben tener permiso de la dirección de Fauna del Ministerio del Ambiente, que sólo permite colocar hasta 150 nasas por pescador.
Una nota curiosa es que el cebo más utilizado es la yuca, pero cuando se encarece el precio del tubérculo se sustituye por un trozo de pata de res. El coco, muy utilizado por pescadores de los ríos de Aragua y de otras regiones del país, no se usa en el río Unare, "porque da un sabor rancio a la carne", aseguran Rafael García y Gabriel Lares, pescadores que venden sus camacutos.
A finales de diciembre estuve por Rio Chico con un amigo y decidimos acercarnos a Clarines a comprar camacutos para prepararlos el 31 de diciembre. Solo conseguimos un kilo. Esta es la imágen de un fondo que sirvió de base para una extraordinaria fideua que él preparó. EL resto lo consumimos con alioli, excelente! 
Información adicional:
Forma:
Cilíndrica, siendo la cola más ancha que el cuerpo. Presenta 3 pares de patas sin pinzas (terminadas en forma de una puntiaguda) y 1 par de pinzas modificadas en forma de abanicos pilosos para capturar las partículas de las que se alimenta.
Coloración:Suele presentar una llamativa coloración azulada con matices rojizos. Hay ejemplares de distinta coloración, que varía del marrón al gris claro, casi blanco, pasando por el azul. 
Tamaño:
Pueden llegar a medir hasta cerca de 15 cm.
Diferencias sexuales:Los machos son más grandes que las hembras. Las hembras miden entorno a 10 cm y los machos entorno a 12. El primer par de patas sin abanicos es más ancho en los machos. Las hembras tienen más ancho el exoesqueleto en la zona del vientre para acoger los huevos.

Alimentación:
Son omnívoras. Se alimentan de partículas que flotan en el agua, cazan las partículas de comida con sus pinzas modificadas para este fin.