sábado, 3 de diciembre de 2011

LAS GALLINAS VUELAN EN AMAPOLA

por ahí a los 17 este fue uno de mis cuentos favoritos. Lo traigo al blog porque las gallinas han volado en estos largos cortos días de cocina en Amapola, el restaurante de Irina Pedroso.
Un regalito de navidad pues, el cuento de Gabriel Jiménez Emán, la receta y esta experiencia de cocina en casa de irina.

Vida de Gallinas

Una gallina rara de esas que se alejan de las demás después de comer y se pegan a los alambres del gallinero a hacer la digestión y a reflexionar sobre su triste destino, no es conocida por todos. Cualquiera que la vea ahí, con el pico entre los alambres, susurrando una inaudible canción de amor, debe por reglas del alma, conmoverse.
Finia, por ejemplo. Pues bien, Finia, además de ser muy hermosa y muy triste, está también muy enamorada de un gallo que oye cantar todas las mañanas, y deduce que por su canto debe ser el gallo más amoroso y comprensivo de la tierra.
El canto del gallo le traspasa el alma, y ella, encerrada en su triste y húmedo gallinero, llora sin lágrimas, pues ya sabemos que a las gallinas no le salen lágrimas por los ojos.
Finia, al fin, fortalecida por su amor, logra pasar increíblemente por un orificio demasiado estrecho para su cuerpo, rompiéndose así las plumas, parte de la cabeza, e inutilizándose por completo una pata. Después con el plumaje lleno de sangre, espera que despunte el alba y aguarda el canto de su gallo; luego, guiada por su corazón y conducida por el canto más melodioso de la tierra, llega hasta el hogar de su gran gallo, poseedor de sus infinitas ilusiones. Y allí está él, con las alas extendidas al viento y al mundo, con un plumaje que podría desafiar a los pavorreales, con el pico hacia el cielo. Y allí está ella, llorando, porque Finia es la única gallina que ha llorado, y ahora está parada ahí, al final de su vida, porque en ese momento alguien le agarra el pescuezo y se lo tuerce.
Después, el señor de la casa comentará: "Qué gallina más buena", sin saber, ahora ni nunca, que esa gallina que se comió estaba llena de amor hasta los huesos ●
(Gabriel Jiménez Emán - "La triste historia de Finia, una gallina enamorada")

Gallinita enamorada
Esta es la receta de la gallinita rellena tachirense que me enseñó mi amigo cocinero Leandro Mora, de Casa Cania Comedor en San Cristóbal.
Yo la hice a la manera de Paria, con sus sabores, macerándola en cacaíta, licor de cacao, y sirviéndola con salsa de chocolate y arroz cremoso de sarrapia.
Es un plato para hacer en familia, parece mas laborioso de lo que es en realidad y el resultado es fantástico!!!!
Ingredientes

Una gallina blanca hermosa
150 gramos de higaditos de pollo
250 gramos de cerdo magro molido
Una cebolla grande
Frutas secas, como no estaba en Paria cuando la hice compré arándanos secos, higos y orejones de pera
Castañas u otro tipo de nuez, al gusto
Salvia, tomillo sal
Pimienta de Guinea, o la que tenga a disposición
Licor de cacao o ron, una taza
Aceite
Azúcar
Aguja e hilo

Para la salsa
Una taza de fondo de gallina desgrasado
Unos 60 gramos de chocolate bitter, 70 pc
Salsa hoisin, dos cucharadas
Sal
Licor de cacao para aromatizar

Para el fondo de gallina
Huesos
Zanahoria, cebollín, ajoporro, una cebolla con un clavito de olor, pimienta dulce, ají dulce, bouquet garni

Para decorar
Tomates y ajíes dulces confitados

Para el arroz
Arroz
Cebolla
Sarrapia
Caldo de gallina

Preparación
Se deshuesa la gallina por completo sin retirarle la piel. Una vez abierta se marina de un día para otro en el licor de cacao con un poquito de salvia y tomillo, sal gruesa y la pimienta. Tapar y refrigerar hasta el otro día.
Las frutas secas se cortan pequeñas y se hidratan con agua caliente y ron. Se maceran los higaditos de pollo con ron, pimienta, sal y un puntito de nuez moscada.
En día de la preparación se saltean las cebollas picadas finamente, luego se agrega el cerdo, se cocina y se agregan las frutas. Se corrige la sal y la pimienta y se deja enfriar. Se agregan las castañas o nueces partidas.
Sobre la gallina abierta se esparce el relleno de cerdo y una capa de higaditos crudos macerados. Con cuidado se va enrollando la gallina para que queda apretada sin que se salga el relleno.
Con cuidado se rellena el cuello y se cose. Otro tanto se hace por el trasero, es decir, se cose con cuidado.
Luego embalamos la gallinita rellena con papel film, sea o no marca Envoplast, y sin pichirrería pero sin exceso tampoco dejamos nuestro delicioso paquete bien selladito con varias envolturas.
Ponemos a cocinar la gallina durante tres horas y media en el fondo que hicimos con los huesos de la gallina y los vegetales.
Al término de la cocción la sacamos y dejamos enfriar. No bote el caldo resultante que será fantástico desgrasarlo de nuevo y usarlo para la salsa.
Luego desvestimos a la gallinita del papel y la pasamos por un sartén con aceite y azúcar hasta que dore parejo.
Enfriar antes de cortar en tajadas suculentas.

Para la salsa
Disolvemos el chocolate en el fondo de gallina, a fuego muy bajo. Agregamos la salsa hoisin y un poquito de licor de cacao o de ron. Sal y pimienta.

Para el arroz
Picamos la cebolla, sofreímos el arroz y lo cocinamos como lo hacemos habitualmente rallando antes media semilla de sarrapia por cada taza de arroz. Si nos excedemos con la sarrapia, amarga.
Cuando todo este listo vista a la gallinita con el traje de su preferencia.
A mi me gusta ponerle tomates confitados con ajo y aceite de oliva, fuego mínimo de un día para otro…mejor si con el piloto del horno, con hilos de ají dulce o pimentoncitos morrones.